¿Qué pasa cuando una persona mayor se empieza a olvidar?
La diferencia entre el olvido cotidiano, el deterioro real y el derecho a no recordar
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Por Lic. Miriam R. Garbatzky
5/8/20252 min leer


Hay olvidos que asustan. Y hay otros que alivian.
Porque no todo lo que se olvida se pierde. A veces, lo que no recordamos es lo que ya no queremos cargar. Y en ese gesto tan silencioso, la memoria hace su propio trabajo.
En Rosario, en San Cristóbal, en el barrio Güemes de Córdoba o en cualquier rincón de Buenos Aires, escucho las mismas preguntas:
– “¿Es normal que se olvide tanto?”
– “¿Será que está empezando con Alzheimer?”
– “¿Y si un día no me reconoce?”
La inquietud es legítima. El miedo, también. Pero antes de pensar en diagnósticos, hay que aprender a distinguir.
📌 ¿Qué tipo de olvidos son esperables con la edad?
Perder las llaves, olvidarse una cita, confundir un día, contar dos veces la misma anécdota. Todo eso puede pasar, y no necesariamente indica un deterioro. Puede ser distracción, cansancio o incluso que la cabeza está ocupada en otra cosa.
El problema no es olvidar. El problema es dejar de estar presentes.
Cuando hay confusión con los nombres más cercanos, dificultades para orientarse en lugares conocidos, repetición constante de preguntas, o cambios bruscos de carácter, ahí sí conviene consultar con un profesional.
🧠 ¿Olvidar es sinónimo de deteriorarse?
No. Y menos en la vejez, donde la memoria empieza a seleccionar. Se acuerdan detalles de hace 60 años y se pierde lo de ayer. Se recuerda una caricia de infancia y se olvida un trámite bancario. Eso no es enfermedad: es estilo de pensamiento.
En mis talleres, he visto personas que no pueden recordar el año en curso, pero saben de memoria la receta exacta del matambre arrollado. La mente no desaparece. Se reorganiza.
Hay olvidos que son puertas.
Y otros, que son ventanas.
⚠️ ¿Cuándo es momento de actuar?
Cuando la persona:
Se desorienta dentro de su propia casa
No reconoce rostros familiares
Se aísla y pierde interés por conversar
Cambia su humor sin explicación
Deja de entender consignas simples
Allí, lo mejor es buscar una evaluación con un equipo interdisciplinario. Pero incluso entonces, hay mucho por hacer. La estimulación cognitiva no cura, pero sostiene. Y muchas veces, reconecta.
🎲 ¿Qué podemos hacer como familia?
Acompañar sin corregir
Escuchar sin interrogar
Proponer sin imponer
Recordar sin exigir exactitud
En Mnemos trabajamos con juegos y desafíos especialmente diseñados para activar la memoria con calidez. Refranes, imágenes, anécdotas, humor. Porque a veces, una carcajada dice más que una respuesta correcta.
Y porque no se trata de recuperar la memoria que se va, sino de cultivar la que queda.
💬 Una frase para cerrar
“El que se olvida de pagar la luz, pero se acuerda del olor del jazmín en la casa de su madre, no está perdido. Está recordando lo que importa.”
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Pensado para imprimir, compartir y volver a jugar una y otra vez.
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Córdoba 2974, Rosario, Argentina