

Tai Chí - Chi Kung
Movimiento consciente para el bienestar
Una práctica milenaria que combina movimientos suaves y respiración profunda para mejorar el equilibrio, la flexibilidad y la coordinación. Adaptado a adultos mayores, este taller fomenta la armonía cuerpo-mente y reduce el estrés, promoviendo una sensación de bienestar y vitalidad.
✅ Beneficios:
Mejora la movilidad y el equilibrio, reduciendo el riesgo de caídas.
Fomenta la relajación y disminuye la ansiedad.
Aumenta la energía y la vitalidad general.
Estimula la concentración y la memoria.
🧩 Problemáticas que aborda:
Rigidez muscular y problemas de movilidad.
Estrés, ansiedad o insomnio.
Falta de actividad física adaptada a la tercera edad.


”Hicimos un Dígalo con Mímica con refranes, y después lo terminé haciendo un domingo en casa con mis hijas y nietos. Todos jugando a algo que propuse yo del taller. La verdad, muy emocionante.”
- Manuel, 82 años – Rosario




”Al principio pensé que iba a ser aburrido, pero me enganché con las consignas de memoria. Ahora hasta anoto cosas para traer al próximo encuentro.”
- Rodolfo, 79 años - Rosario
”Lo que más me gusta es que acá no te tratan como un nene. Las actividades son desafiantes, pero posibles, y eso me hace sentir viva.”
- Mabel, 76 años - Rosario
”Nunca había hablado tanto frente a otras personas. Acá me animé a contar una historia de mi infancia y sentí que todos me escuchaban de verdad.”
- Noemí (Mimí) - Rosario


”A veces siento que mi cabeza está igual de olvidadiza, pero la paso tan bien que sé que eso también mejora mi calidad de vida”
- Susuna, 72 años - Rosario


”Cuando me hicieron hacer un trabalenguas, me salió cualquier cosa. Todos se rieron y yo también. Me di cuenta de que hace años no me reía de mis propios errores… y la verdad, fue un alivio.”
- Nélida, 83 años - Rosario


”Yo decía que venía al taller para no quedarme sola en casa… y ahora me encontré un grupo que me reta si no aparezco. ¡Me siento más vigilada que cuando tenía 20 y salía a bailar!”
- Marti, 75 años - Rosario
”Cuando me tocó leer en voz alta, me olvidé los anteojos. Así que improvisé: inventé lo que me parecía que decía. Fue mejor que el texto original, porque todos terminaron llorando de risa.”
- Rosi, 77 años - Rosario


Palabras que son testimonios
Córdoba 2974, Rosario, Argentina